La intervención propuesta sobre el Torreón de San Miguel y de su entorno más cercano, parte de la necesidad principal del trabajo sobre la conservación del patrimonio, así como de la capacidad de dotarlo de un valor extra, capaz de cubrir nuevas demandas y necesidades que la sociedad requiere. La nueva configuración que se propone, pretende hacer entender de una forma más cercana, el significado de estos símbolos sobre el territorio y su valor histórico para la población del Cabo de Gata, el parque y todos sus visitantes.
LA PROPUESTA
La propuesta arquitectónica, parte de la situación de límite donde se encuentra el torreón. Límite entre lo natural y lo artificial, así como límite entre el pasado y el presente. La dualidad existente entre el paraje natural del Cabo de Gata y su entorno más urbanizado, sirve de punto de partida para delimitar las fronteras de intervención de nuestra propuesta.
El trabajo con lo existente nos obliga a un entendimiento del pasado más reciente, a imaginar el Torreón desde una perspectiva de hito sobre el territorio, sin artificios contemporáneos que desvirtúan su imagen. El ejercicio de imaginar el Torreón en su estado original, asediado por moradores, nos lleva a reflexionar sobre una imagen de sencillez y de honorabilidad frente al ataque de éstos.
Por todo lo anteriormente mencionado, uno de los puntos de partida de la intervención es la eliminación de la muralla con torretas que se encuentra en su perímetro, ayudándonos esta actuación a despojarnos de artificios y ayudarnos a centrarnos en el objeto a intervenir.
LÍMITE
Desprendidos de vestimentas contemporáneas sin valor arquitectónico, nos encontramos frente a una nueva situación, el entendimiento del Torreón con las edificaciones más cercanas, de bajo valor constructivo, pero necesarias para el funcionamiento normal de la sociedad.
Por otro lado, el programa arquitectónico del que se pretende apoyar el espacio destinado para oficina de información turística, nos lleva a la necesidad de crear un nuevo volumen anexo, capaz de absorber el resto del programa.
Con todo esto, el programa empieza a situarse en esa situación límite, dentro del ámbito de actuación que se sitúa, entre el chiringuito existente y el torreón. Esta situación, nos lleva a pensar en el entendimiento entre estos dos extremos.
MATERIALIDAD
De una parte, nos encontramos con un Torreón, de piedra, asentado en el tiempo, con heridas que nos hablan de un tiempo pasado convulso, y en el otro extremo nos encontramos con un chiringuito de playa y casetas para los pescadores, edificios de estructuras temporales y cambiantes, con cierta liviandad, que difícilmente aguantarán el paso del tiempo, sin que la mano del hombre actúe sobre ellos.
En lo que al suelo respecta, estamos situados entre una zona urbanizada, con carácter permanente y un suelo casi virgen de carácter cambiante, encontrándose la zona de actuación en un punto intermedio.
Ambas dualidades, ejercen sobre la nueva pieza a ejecutar un punto de equilibrio, el cual debe de ser capaz de soportar y entender la contundencia de estructuras que han aguantado el paso del tiempo, como de estructuras livianas, cuasi efímeras.
TEMPORALIDAD
Esta misma materialidad, así como el paso del tiempo sobre ella, nos obliga a pensar en las diferentes épocas del año, así como de los diferentes usuarios que a través de este tiempo van a habitar este espacio.
La época estival, será la encargada de marcar el punto de inflexión de afluencia de visitantes, siendo ésta la de mayor capacidad de carga de la propuesta arquitectónica. Esto, nos lleva a pensar en tres tipos de visitantes, que se repartirán a lo largo del año y que cada cual tendrá unas intenciones diferenciadas.
Por un lado, tendremos al usuario playa, que será el que menor atención le dé al objeto patrimonial, ya que se centrará en la época estival y su principal interés será el turismo de playa; por otro lado, tendremos el usuario ciudad, que su interés, dependerá de las capacidades que tenga el lugar de intervención de atraerlo en las diferentes épocas del año; y para finalizar, el usuario visitante, el más multitudinario e interesado en la propuesta arquitectónica y que principalmente acudirá en épocas fuera de la temporada estival.
El estudio de los usuarios interesados en las actividades a desarrollar entorno al objeto de análisis, nos lleva a desarrollar un programa capaz de soportar a todos los visitantes, así como las demandas de éstos.
CONJUNTO HISTÓRICO
Como bien recoge el Doctor en Historia, Antonio Gil Albarracín, en sus cinco títulos dedicados al estudio monográfico de todas las fortificaciones del parque natural y a su evolución, y especialmente en ‘Atalayas y Fortalezas en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar (arquitectura e historia)’, El Torreón de San Miguel de Cabo de Gata, forma parte de una red de Atalayas y Fortalezas de carácter defensivo, que se sitúan a lo largo de toda la costa de éste.
El entendimiento de estas fortificaciones como un conjunto, nos lleva a pensar en una unidad generadora de actividades en su conjunto.
CAMBIO DE PARADIGMA
El análisis de todos los antecedentes, flujos, históricos, temporales…, nos lleva a desarrollar una estrategia de proyecto, que nos ofrece un cambio de paradigma en el sentido de la actuación.
El entendimiento del Torreón de San Miguel, no como elemento aislado con unos servicios anexos, sino como un elemento que sirva de punto de partida para una serie de rutas o visitas guiadas, donde se explique la importancia de estas piezas en el paisaje de la costa de Cabo de Gata, nos lleva a trasladar el punto de información turística hacia esa situación límite existente, entre el torreón y el resto de edificaciones.
La actuación, partiría ahora desde otros condicionantes: la creación de un elemento límite capaz de reunir todas las funciones atribuidas en el programa y la rehabilitación del Torreón para su puesta en valor y como elemento introductor del legado defensivo que se extiende por todo el Cabo de Gata.
INTERVENCIÓN
Partimos de tres elementos diferenciados, Torreón, Edificio Anexo y Acondicionamiento Ambiental del Entorno, que en su conjunto generan la propuesta que resaltará el valor patrimonial y natural del espacio en el cual nos encontramos.
De una parte, la intervención en el torreón, pasará por un depurado estudio de los diferentes procesos de rehabilitación que han sido llevados a cabo con anterioridad, algunos de ellos de bajo valor arquitectónico, de forma que se ponga en valor lo relativo al estado original de la edificación, volviendo a conseguir esa desnuda simplicidad, rotunda y sencilla imagen del Torreón.
Para esto, se pondrán en valor los elementos originales, como son las cúpulas de ladrillo, o los peldaños de piedra tallada, así como se eliminarán los elementos superficiales que generan una imagen errónea de su configuración original, como son la pasarela actual y la caseta de las escaleras en cubierta.
En el caso de las escaleras, se propondrá una actuación que facilite y haga más cómodo el acceso a planta primera, dotando el conjunto de una nueva pasarela, así como de elementos de protección, y creando nuevos escalones que suavicen el acceso.
Se dotará al torreón de nuevos pavimentos, que tendrán una lectura de conjunto con el resto de la actuación, y se realizará una escotilla de acceso a cubierta, que no desvirtúe la imagen de éste.
Por otro lado, la nueva edificación anexa, se divide en dos elementos diferenciados, alineados con el eje torreón y escalera y con conexión directa desde el punto intersticio de ambos.
Como elemento diferenciador, que se quiebra en su cabeza en un gesto por salir al encuentro de los visitantes, se encuentra el punto de información turística, y como continuación de este hacia la playa tenemos el resto del programa. Esta nueva edificación, se separa lo suficiente del Torreón, de forma que los nuevos volúmenes no entren en competencia visual con éste, así como evitar el impacto paisajístico, minimizando la percepción visual desde el eje de observación de la carretera colindante.
Por último, la actuación propuesta para el acondicionamiento ambiental del entorno pretende mejorar la ordenación y la delimitación de los espacios de circulación, aparcamiento y puntos de encuentro.
Generando conexiones entre los diferentes elementos intervinientes en el proyecto, como son la carretera, la playa y las edificaciones existentes y generadas.
Se pretende regenerar la vegetación de ribera marítima en los entornos próximos a la torre, volviendo ésta a su supuesto estado inicial antes de la construcción del muro perimetral.
CONCLUSIÓN
Como punto final, la idea general del proyecto, persigue la no artificialización y pérdida de las características propias del espacio ocupado por la actuación, utilizando técnicas constructivas adecuadas para conseguir la máxima integración paisajística, guardando armonía con la arquitectura de la zona.